Cartagena

Un plan de remediación de 110 millones en más de 700 hectáreas

Una deuda con la tierra y sus gentes en la Sierra Minera: donde hubo minas, hoy hay cicatrices

Visita a los depósitos de El Descargador

Los técnicos explican el plan de remediación en los depósitos

Caminoes trabajando en la piscina de depósitos contaminantes

Trabajo en El Descargador

Zona afectada y recuperada en El Llano del Beal

Cauce para depositar las aguas 'limpias' tras episodios de lluvias

Caleta del Estacio

Plan de actuación en la Caleta del Estacio

Caleta del Estacio

Actuación en La Caleta del Estacio

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Los pueblos y diputaciones de la Sierra Minera del Campo de Cartagena han padecido un enorme impacto de la actividad minera y, posteriormente, del cierre de las minas. La contaminación ambiental, la degradación del paisaje, la pérdida de oportunidades económicas y el deterioro de la salud de la población son aspectos que no admiten discusión, y la sociedad tiene con ellos una deuda histórica, una deuda con la tierra y sus gentes: donde hubo minas, hoy hay cicatrices en forma de sustancias tóxicas en el aire, el agua y el suelo; tierras estériles y metales pesados que contaminan los acuíferos; zonas abandonadas y degradadas; un declive económico tras el cierre de las minas hace 25 años y una continuada exposición a los contaminantes mineros que ha provocado problemas de salud en la población.

El Ministerio de Medio Ambiente puso en marcha el denominado MAPMM (Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor), dotado con 675,05 millones de euros y como respuesta a la situación de emergencia en la que se encuentra la laguna. Las actuaciones se han dividido en cinco líneas de actuación en las que trabajan desde la Dirección General de Biodiversidad hasta la CHS, la Dirección General de Costas, la Fundación Biodiversidad, el IEO-CSIC y la Dirección General del Agua, con el fin de conseguir la mayor eficiencia en las acciones emprendidas. Todas estas líneas no son capítulos estancos, sino que se han convertido en movimientos interconectados con un único fin común: recuperar la dinámica natural de la laguna, además de la restauración y la renaturalización de las zonas más afectadas y degradadas.

La Oficina Técnica del Mar Menor, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente con un programa de visitas gratuitas a emplazamientos donde se están impulsando algunos de los proyectos del MAPMM. Vecinos de la zona y gente preocupada por el alarmante estado de degradación del Mar Menor y su entorno acudieron a la invitación pública del Ministerio este pasado martes para conocer obras ya en ejecución, como la remediación ambiental de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión y la recuperación ambiental de la Caleta del Estacio, en La Manga. El primero forma parte de la denominada Línea 2 de actuación (Restauración y mejora ambiental en el ámbito de la cuenca del Mar Menor) y el segundo de la Línea 3 (protección de la ribera del Mar Menor y la ribera mediterránea).

Pocos de los participantes, en esta primera visita de alrededor de 40 personas, conocían de primera mano estas actuaciones o el cómo y por qué se ha llegado hasta este momento de degradación.

La primera parada fue para ver y entender un par de intervenciones que se están haciendo en la Sierra Minera, el llamado Conjunto 5-Descargador y en El Llano del Beal. La remediación ambiental cuenta con un importe de 110,8 millones de euros para la remediación de depósitos abandonados y la restauración hidrológico-forestal del entorno, en 700 hectáreas de Cartagena y La Unión. Allí, María Medina, jefa de servicio de esta actuación y perteneciente a la Dirección General de Biodiversidad, explicó que este lavadero de mineral está ubicado en la cabecera de dos ramblas. Los sobrantes tras extraer el mineral más puro se acumularon durante muchos años en forma de un lodo espeso que se arrojaba a los barrancos y que se superponía en capas, unos montes artificiales de material en el que se podía encontrar casi toda la tabla periódica: plomo, hierro y zinc, entre los que más.

Erosión, dispersión y salud

La erosión y la dispersión por el viento, además del arrastre -a través de las ramblas- de materiales por las lluvias, ocasionan problemas de salud a los vecinos y acaban en el Mar Menor. La solución que han puesto en marcha, contaba Medina, es el sellado de esta piscina de lodo compuesta por 300.000 metros cúbicos de material de residuos. Pero, al ser una montaña artificial e inestable -a la empresa que explotaba la mina le daba tanto igual el medio ambiente como el paisaje- se han rebajado las pendientes para evitar su desprendimiento. Piedra caliza, impermeabilización con arcilla y polietileno y, por último, una capa vegetal compuesta por esparto, lentisco o acebuche, convierten esta piscina en un área completamente recubierta para años. Estos trabajos cuentan con una inversión de 20 millones de euros en un área de actuación de 37 hectáreas.

Aunque la propia técnica de la Dirección General reconocía que existen 90 depósitos, no todos se encuentran en la misma situación ni acumulan tal cantidad de materias peligrosas como el del Descargador, de ahí que haya sido uno de los primeros donde se ha actuado. El Llano del Beal ha visto mermada su expansión por estar rodeado de terrenos repletos de residuos tóxicos. Existen seis depósitos de tres metros de altura en los que ahora se trabaja para frenar las aportaciones a las ramblas en época de escorrentías o el transporte de esos materiales vía aérea.

Allí, los visitantes invitados por el MITECO pudieron observar más de cerca el desarrollo de los trabajos con el mezclado en los terrenos contaminados con un material que reduce el pH de los mismos, a los que luego se añade una manta geotextil que separa unas capas de otras y grava que empujan el agua hacia afuera. Los depósitos no tienen tanta altura y, por tanto, no se ha impermeabilizado como sí ocurre en El Descargador. Los vecinos, en un primer momento escépticos -recordemos que El Llano ha sido una diputación muy castigada económica, social y en materia de salud pública- por el hartazgo con las administraciones, han participado en el proceso aportando sus ideas y sugerencias en los trabajos.

La remediación ambiental de la Sierra Minera es un paso decisivo para saldar una deuda histórica con sus pueblos y habitantes. Aunque el camino es complejo y aún queda mucho por hacer, los trabajos en marcha comienzan a dar esperanza. La implicación vecinal es clave para recuperar una tierra marcada por el pasado minero.

  • Actuación en La Caleta del Estacio -

La Caleta del Estacio o la vuelta a la razón

Hay que partir de la base que la Manga del Mar Menor ha sido una selva inmobiliaria y especulativa años atrás, que se comió el espacio para disfrutar de las dunas y el mar. Ese afán de explotar hasta el último metro cuadrado trajo consigo también un proyecto como el de Puerto Mayor, situado en la Caleta del Estacio. Allí, y bajo el nombre de Puerto Mayor, pretendían levantar un gran complejo urbanístico, con miles de viviendas, campo de golf y, por supuesto, un puerto deportivo. Pero era un gran coste medioambiental el que se pagaría por este proyecto que, finalmente fue desmantelado.

Eso sí, la huella ha quedado en forma de cientos de pantallas metálicas (tablestacas), residuos y sedimentos contaminantes que ahora, dentro de este ambicioso plan denominado MAPMM se ha puesto en marcha. Esta actuación forma parte de la Línea 3 (protección de la ribera del Mar Menor y la ribera mediterránea). Una de las responsables del proyecto explicó que el proyecto pretende recuperar y mejorar la zona con una intervención de 23,3 millones de euros y dieciocho meses de actuación.

Las actuaciones contemplan una limpieza integral y desmantelamiento de estructuras y residuos que afectan el Dominio Público Marítimo-Terrestre (DPMT), así como la restauración de ecosistemas dunarios y marinos que han sufrido un notable deterioro.

Entre las principales intervenciones, se retirarán más de 2.500 metros de tablestacas, tanto en tierra como en el mar, junto a diversos elementos ubicados en el DPMT, como carteles publicitarios, vallados y escombros. Además, se extraerán 98.302,87 metros cúbicos de rellenos formados por gravas, bolos y arena, así como 44.716,37 metros cúbicos de suelos contaminados con metales pesados -con concentraciones de plomo- en tres zonas especialmente identificadas. Todos estos materiales serán gestionados por empresas autorizadas para el tratamiento de residuos.

El proyecto también incluye la retirada del recinto interior del dique de Levante, donde se eliminarán 35.264,32 metros cúbicos de rellenos terrestres, que serán transportados por medios marítimos, así como la extracción de barcos abandonados en el interior del dique.

Una parte fundamental del plan contempla el desmantelamiento de los últimos 200 metros del espigón Sur y el acondicionamiento y refuerzo del tramo restante. Para ello, se prevé la retirada de 46.055,69 metros cúbicos de piedra y escollera, la colocación de casi 9.000 toneladas de escollera para la capa de filtro y la reutilización de más de 11.400 metros cúbicos de escollera seleccionada para reforzar el manto existente.

Asimismo, se acondicionará el espigón adyacente al camino de acceso al espigón Sur mediante la eliminación de escombros, recolocación de la escollera y su refuerzo con material reutilizado dentro del área de trabajo.

En materia ambiental, destaca la restauración dunar que se llevará a cabo en la Caleta del Estacio, siguiendo las directrices del “Manual de restauración de dunas costeras” del MITECO. La actuación incluye la conservación de especies protegidas, la eliminación de invasoras, la reconstrucción morfológica de las dunas, la instalación de captadores de arena -con varillas de mimbre- y la revegetación con especies autóctonas acordadas con la Dirección General de Patrimonio Natural y Acción Climática de la Región de Murcia.

Para facilitar el acceso y proteger el entorno natural, se instalarán pasarelas de madera sobre algunas veredas existentes y un vallado perimetral que delimitará la zona dunar, evitando el tránsito urbano sobre ella.

Finalmente, como parte del compromiso con la biodiversidad marina, se plantará posidonia oceánica de forma experimental en una parcela de 25 metros cuadrados una vez finalizadas las obras marítimas. Las plántulas, obtenidas a partir de semillas, se mantendrán en vivero durante al menos cuatro meses para asegurar su desarrollo antes de la reintroducción, con una densidad prevista de entre 10 y 30 plántulas por metro cuadrado, fijadas al fondo marino mediante técnicas especializadas.

 

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