MURCIA. El colegio Cierva Peñafiel de Murcia, emblemático centro educativo murciano en el que cursó sus primeros estudios el pintor Ramón Gaya, ha sido distinguido con uno de los premios más relevantes a nivel nacional en el ámbito educativo. El reconocimiento ha llegado gracias a un proyecto STEAM innovador, multidisciplinar e inclusivo, liderado por la profesora Salomé Recio, que ha convertido al artista en el eje central del aprendizaje durante todo el curso escolar. Este jueves, a las 19.00 horas, la iniciativa se presentará en el Museo Ramón Gaya por parte de Salomé Recio Caride y Francisco Sarabia Aráez
El colegio transformó sus aulas, pasillos y espacios comunes en una gran instalación viva dedicada a Ramón Gaya. A través de la reinterpretación de sus obras, visitas al Museo que lleva su nombre y propuestas didácticas integradas en todas las asignaturas -desde Plástica a Matemáticas, pasando por Lengua, Ciencias, Inglés y Tecnología-, el espíritu de Gaya volvió a estar presente en la misma escuela que lo vio crecer y pintar sus primeros murales, hoy desaparecidos.
Desde Infantil de 3 años hasta 6º de Primaria, todo el alumnado participó activamente en este homenaje. Investigaron su biografía, interpretaron sus cuadros con distintas técnicas pictóricas, compusieron poesías, dramatizaron escenas, resolvieron problemas matemáticos inspirados en su obra, y se familiarizaron con herramientas digitales como realidad aumentada, inteligencia artificial, Google Maps y códigos QR.
Uno de los momentos más significativos fue la visita del director del Museo Ramón Gaya, Rafael Fuster, al colegio. Impresionado por el nivel del trabajo desarrollado por los niños y niñas, destacó el carácter ambicioso y transformador del proyecto. Semanas antes, el propio alumnado había visitado el museo, donde se sentaron en el suelo con sus cuadernos para dibujar y reinterpretar las obras del maestro, experiencia que culminó en una exposición escolar de sus trabajos más destacados en el propio Museo.
Este proyecto es un ejemplo de inclusión, colaboración y excelencia educativa. No fue una actividad puntual, sino una iniciativa que involucró a todo el claustro y al alumnado en un proceso creativo e integrador, en el que cada participante aportó desde sus capacidades individuales para alcanzar un objetivo común. La infancia de Gaya sirvió como inspiración para conectar generaciones, avivar vocaciones artísticas y demostrar que la escuela también puede ser un espacio de arte, memoria y ciudadanía.
Gracias al trabajo conjunto del profesorado y al compromiso de Salomé Recio, el Colegio Cierva Peñafiel no solo ha honrado la memoria de uno de los grandes artistas del siglo XX, sino que ha demostrado que la educación puede transformar espacios, despertar emociones y tender puentes entre el pasado y el presente.
Una lección que entronca, de forma natural, con el propio legado pedagógico de Gaya, quien participó en uno de los proyectos culturales más importantes de nuestra historia: las Misiones Pedagógicas.
