MURCIA. Por todos es sabido que la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) fue el punto de partida del reinado para la dinastía Borbón. En aquella época, tras la muerte de Carlos II sin heredero, se forjaría una división sobre que monarca debería reinar en España. El cisma estuvo entre Felipe V, familia de los Borbones, y el archiduque Carlos del linaje Austria. Castilla se alió con Felipe y Aragón-Cataluña con Carlos. Pero vamos a centrarnos en los acontecimientos que afectaron a Murcia y su huerta.
En el mes de julio del año 1706, las tropas partidarias del archiduque tomaron Cartagena y en agosto la ciudad de Alicante. En ese mismo mes los austracistas, comandados en Orihuela por el marqués de Rafal, comenzaron a fraguar el intento de dominar la ciudad de Murcia. Para ello se adueñaron de Beniel, secuestrando a su patrón San Bartolomé. Desde allí, a finales de agosto, intimidaron mediante razias a muchos pueblos de la costera sur, Torreagüera, Beniaján,… En esta última localidad, se sabe que las tropas del archiduque mutilaron un San Roque y a tenor de lo escrito por el obispo Belluga en 1713, donde ordenaba la reparación de la vieja ermita de Torreagüera, podemos deducir que destrozarían todos los templos que se encontraban de camino a la capital, obligando a los moradores de estas localidades a refugiarse en el santuario de la Virgen de la Fuensanta durante estas incursiones bélicas antes de la famosa batalla del Huerto de las bombas.
Antes de librarse este combate, el obispo Belluga creó La Gaceta de Murcia, considerado el primer periódico de la Región de Murcia, que utilizaría para hacer propaganda en favor de Felipe V, denunciando en este atrocidades que se realizaban en templos por el bando contrario o la difusión del milagro de la Virgen de Las lágrimas en el partido de Monteagudo, donde al parecer una imagen de La Dolorosa lloraba lágrimas de sangre al contemplar tales actos y que actualmente es patrona de Cabezo de Torres.
Llegó el 6 de septiembre de 1706, y con una superioridad en hombres del ejército invasor, que haría presagiar una derrota del ejercito partidario de Felipe V -hasta Belluga se retiró a Lorca por precaución-, se ordenaría desde la Ciudad del Sol la inundación de la huerta, táctica que resultaría vital en la victoria del ejercito que comandaba y de forma sorpresiva forzó a la retirada del ejército del archiduque Carlos. Estos acontecimientos, así como la victoria en Almansa fueron publicados en La Gaceta como otro milagro de la mencionada virgen, que también sería comunicado mediante cartas, al resto de las diócesis españolas.
Hay que destacar, que en otros números de la Gaceta del mes de octubre de 1706, aparecidos hace no mucho tiempo y que no se tenía constancia de ellos, nos han trasmitido que posteriormente el ejercito del archiduque intentó en varias ocasiones tomar de nuevo Murcia.
Tras la victoria borbónica, las posesiones del marquesado de La Casta en Murcia y el mayorazgo de Torreagüera fueron expropiados y pasaron a la Corona, puesto que, el quinto marqués Juan Pardo de la Casta estaba del lado austracista, exiliándose posteriormente a Barcelona. Las mismas fueron devueltas al marquesado tras la solicitud posterior de María Teresa Pardo, marquesa y dama de la reina, aludiendo a los servicios prestados.
Raúl Jiménez y Lorca. Cronista de Torreagüera. 11/24.