MURCIA. Las nuevas reglas del Trasvase Tajo-Segura soliviantan a los regantes. Los agricultores temen una reducción media del 50% en los envíos de agua del Tajo a la cuenca del Segura y advierten de que "el 30% del tiempo el Trasvase no transferirá agua alguna para regadío". El Scrats (Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura) enumera seis consecuencias directas y tres añadidos los efectos que causaría la aprobación de la disposición reglamentaria para actualizar las reglas del trasvase a los caudales ecológicos previstos en el Plan Hidrológico del Tajo (acordado en enero 2023).
El informe, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) por encargo del Ministerio para la Transición Ecológica, se presentó la pasada semana la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura y deslizaba una propuesta que, en la práctica, implica el recorte de hasta un 50% de los envíos de agua hasta 2027, al estimar que los embalses de la cabecera del Tajo pueden destinar al Levante las siguientes cifras: 320 hectómetros cúbicos este año; 278 hm3 en 2026 y 193 hm3 en 2027.
Las nuevas reglas de explotación, en concreto, recortan de 27 a 24 los hectómetros cúbicos a trasvasar en el caso de que los embalses se encuentren en nivel 2. En el nivel 3, se pasa de los 20 actuales a 11 hm3 en 2025, a 10 hm3 en 2026 y a 9 hm3 en 2027. Además, para llegar a ese nivel 3 hay que estar en un acumulado de 550 o 600 hm3, frente a los 400 hm3 de ahora. En el caso del nivel 1, se mantienen los 60 hm3 actuales, pero se sube el umbral de las reservas de Entrepeñas y Buendía de los 1.300 hm3 vigentes hasta los 1.600 hm3.
Para los regantes, "se confirma así la disminución de volúmenes disponibles para atender nuestras legítimas demandas a través del Trasvase Tajo-Segura, sin atender a los principios de solidaridad, sostenibilidad, racionalidad económica y vertebración del territorio, que promulga la legislación en materia de aguas". Por ese motivo ya han convocado la primera protesta para expresar su repulsa ante un un planteamiento que califican de "sinsentido". El acto está previsto este martes, 6 de mayo, en la Cámara de Comercio de Murcia, a las 12 horas. "Tenemos que mostrar nuestra más profundo rechazo a este sinsentido", lamenta el Scrats en una misiva firmada por su presidente, Lucas Jiménez.
Las seis consecuencias directas
En el texto, los regantes señalan las siguientes consecuencias directas:
- -El volumen mínimo en los embalses de Entrepeñas y Buendía (nivel 4), por debajo del cual no se podría trasvasar, se incrementa de 400 a 531 hm3 .
- - En nivel 3, no habría trasvase para regadío, solo para abastecimiento. Hasta ahora se podía trasvasar un máximo de 12,5 hm3 /mes con destino a regadío.
- - En nivel 2, cuyas condiciones también se elevan, el volumen máximo para regadío, pasa de 19,5 hm3 a un máximo igual 9,4 hm3 .
- - El denominado nivel 1 (en el que nos encontramos ahora) sería prácticamente inalcanzable, ya que para ello las existencias mínimas en los embalses de la cabecera del Tajo también se incrementan, pasando de 1.300 a 1.600 hm3.
- - Según el informe emitido por el CEDEX, el 30% del tiempo el Trasvase no transferirá agua para regadío.
- - En definitiva, los volúmenes trasvasados para regadío sufrirían una reducción media del 50%. Es decir, "si los volúmenes máximos del Acueducto Tajo-Segura establecidos en las previsiones de transferencia que constan en la normativa suponen 421 hm3 y la media de los volúmenes aportados por esa infraestructura durante su historia han supuesto unos 202 hm3 , a partir de la aprobación de esta nueva regla supondrían llegar, en un régimen de normalidad, a apenas 100 hm3".
Otros tres temores
El Scrats también apunta entre las consecuencias que "cuesta creer que los ciudadanos de Castilla-La Mancha vean mejoradas sus condiciones, puesto que su previsión de demandas solo aumenta en 10 hm3. Además, añaden que "a este sinsentido hay que sumarle la reducción de explotación prevista para las aguas subterráneas en la cuenca del Segura". Así lo aducen: "Hablamos de 213 hm3 que dejarían de ser objeto de aprovechamiento en el año 2027.
Así las cosas, "ante toda esta avalancha, solo las promesas vacuas de incrementos de desalación y de interconexión de instalaciones, de las que no se cuentan ni con los proyectos ni con la financiación precisa por parte de la administración hidráulica, por lo que resulta totalmente imposible que existan medidas compensatorias a estas reducciones que puedan disponerse en un horizonte, para el que ha empezado su cuenta atrás".
Esta última reflexión ya la avanzó el propio Lucas en la rueda de prensa celebrada la pasada semana. "La desalación que existe no cubre el golpe que le van a dar al regadío murciano, y si existe, la poca que existe está aislada en la costa; no hay un duro bendito para fabricar más agua desalada", lamentaba el presidente del Scrats, quien acusaba al Gobierno de España de no ofrecer "alternativas reales" y comparaba el agua desalada con las películas de los años 60 en los que la actriz Lina Morgan "aparecía haciendo el papel de tontita y con el truco de las estampitas", que "era un billete falso" que, en el caso del trasvase Tajo-Segura, "se llama desalación".