Este mismo jueves frente al centro de salud de Pozo Estrecho, se escuchaban gritos como “¡Sanidad pública!”. Vecinos de La Palma, Las Lomas, Pozo Estrecho y El Albujón se han echado a la calle, hartos del silencio institucional y con una preocupación que ya es rutina: quedarse sin médico en sus pueblos.
Y es que en El Albujón y Las Lomas, desde principios de junio, solo hay un facultativo pasando consulta. Uno solo, para atender a una población envejecida, con pacientes crónicos que necesitan seguimiento, recetas, pruebas. La sala de espera se llena, el tiempo se estira, y lo que antes era una visita rutinaria ahora se convierte en una odisea. El miedo no es nuevo, pero esta vez ha calado más hondo.
La chispa que lo encendió todo saltó en La Palma, cuando los vecinos notaron que se reducían los días de consulta. No tardaron en levantar la voz. Lo que parecía un fallo puntual se convirtió, pronto, en un patrón. Los consultorios que dependen de Pozo Estrecho están perdiendo médicos y nadie los repone. No se trata solo de una baja, sino de una sensación de abandono. Y eso es lo que duele.
La Favcac, la federación que agrupa a las asociaciones vecinales, ha sido el altavoz de esa inquietud. Ha coordinado concentraciones, ha presionado a la gerencia del Área de Salud. Pero las respuestas han sido tibias. El Servicio Murciano de Salud (SMS) ha prometido cubrir la plaza de El Albujón el 7 de julio, pero los vecinos lo ven como un parche. ¿Y después, qué?
Lo que preocupa no es solo la falta de médicos. Es el rumbo. La sospecha de que se está desmontando, poco a poco, la sanidad rural. De forma callada, como si nadie se diera cuenta. Pero ellos sí lo hacen. Y han decidido no quedarse de brazos cruzados.