El concejal de MC Cartagena, Juan José López, fue directo. La pregunta no solo buscaba cifras. Iba cargada de lo que ya empieza a notarse en el sector hostelero y que en el Pleno de este jueves se materializó en un par de cuestiones -una moción u una pregunta, la de López Escolar: malestar, desconfianza, sensación de estar en el punto de mira-. ‘¿Estamos ante una campaña de persecución al sector de la hostelería?’, lanzó al pleno, reflejando lo que muchos hosteleros llevan semanas diciendo en voz baja. Porque lo que antes eran inspecciones puntuales, ahora parecen una rutina, o al menos así lo critican los empresarios.
Juan José López planteó seis preguntas muy concretas. Quería saber cuántas inspecciones se habían hecho desde el 1 de enero. A hostelería y al resto. Qué porcentaje acabó en sanción. Qué directrices se seguían. Si había un mandato claro detrás. Y cuántos recursos humanos estaban realmente asignados para gestionar todo eso.
La respuesta del concejal delegado de Medio Ambiente, Pablo Braquehais, no fue escueta y en algún momento quiso ser contundente para acallar cualquier atisbo de ‘persecución al sector’.
Desde el área de Medio Ambiente, detalló, se han realizado 144 inspecciones técnicas. De esas, 56 fueron a establecimientos hosteleros. Por su parte, la Policía Local tramitó 311 actas, de las cuales 90 afectaban a locales de hostelería. El resto se repartía entre residuos (93), asociaciones de cannabis, fiestas en viviendas y otros motivos diversos. También se registraron 38 inspecciones de Ocupación de Vía Pública. Las terrazas, claro, están en el centro del foco.
Y es que, aunque Braquehais negó que exista ningún mandato político expreso para inspeccionar más a los hosteleros “el no es rotundo”, y reconoció que las directrices actuales inciden especialmente en “la regulación de las terrazas existentes”. Un punto sensible. Porque, como se sabe, en Cartagena no solo se debate sobre ruido o espacio público. Se habla también del modelo de ciudad. De hasta dónde se puede vivir del turismo sin asfixiar la convivencia.
En cuanto a los expedientes disciplinarios, el concejal desgranó las cifras: 134 por cuestiones ambientales (de los que 30 eran de hostelería), y 123 sancionadores. De estos últimos, 49 sí tenían que ver con bares o restaurantes. No es una cifra menor.
Sobre recursos humanos,en el departamento de Licencias de Actividad hay cuatro personas trabajando con dedicación exclusiva. Pero todavía no hay asignado un técnico de la Administración General en exclusiva, aunque -según dijo Braquehais- se está desarrollando un proceso selectivo para cubrir cinco plazas.
Juan José López no obtuvo todas las respuestas que buscaba. Pero dejó algo claro: no es solo una cuestión de cifras. Es el clima que se ha creado. Ese en el que cada visita del inspector se vive como una amenaza y cada expediente se siente como una sentencia.